domingo, 16 de agosto de 2015

Travesía del Pisuerga y el miedo a nadar en aguas abiertas

El sábado 11 de julio Rocío, Jesús y yo nos presentamos en la bonita ciudad de Valladolid para nadar la travesía del Pisuerga. Jesús y Rocío nadarían el 2.000 m y yo el 800. La prueba estuvo muy bien organizada: había de todo vestuario, ropero, avituallamiento, todo muy bien señalizado, ... en definitiva una maravilla. Por la mañana retiramos el dorsal de la competición y nos encontramos a Macarena, otra compi del club que iba a nadar el 2.000. A mí me tocaba, si mal no recuerdo a las 11 h y a ellos sobre las 4 de la tarde. A medida que se iba acercando la hora de salir a escena empecé, como de costumbre, a entrar en un estado de "mieditis", nada más decir que el año pasado me entraba tal angustia que me costó terminar en la Casa de Campo de Madrid un super-sprint (300 m de nadar) y gracias en aquella ocasión a los ánimos de mis compis Elena y Rocío pude terminar. Este año iba mejor había hecho otro 800 en Iruelas en el embalse del Burguillo y la verdad es que a base de tesón y no dejarlo, he ido mejorando y ya manejo mucho mejor la angustia, recientemente he hecho una travesía de 1.500 m. cosa que el año pasado me hubiera parecido imposible. Total que llegada la hora de salir me pongo el neopreno (el mejor aliado del mal nadador jejejejje) y con bastantes nervios, aunque muy reconfortado por los ánimos de mis compis de viaje, voy situándome en la salida y mentalmente voy repitiéndome "¿qué leches hago yo aquí? ". Suena el pitido de salida y yo como de costumbre me quedo en el último lugar para no angustiarme con el jaleo de la salida: manotazos, patadas, tragos de agua, ... y total mi meta era acabar por tanto no había prisa. Así que voy nadando tranquilo y dándome cuenta de que ya no sentía ningún tipo de miedo ni angustia y de que podía nadar seguido a crol, cosa que antes no podía, iba casi todo el rato nadando a braza. En definitiva que pasaron los 800 m. y sin problema, eso sí llegué el último con un tiempo de 24' que es una burrada pero como he dicho antes mi meta era terminar. Al llegar al final vi a mis compañeros felicitándome y me alegré un montón.
Por la tarde entraban en función mis compis, así que después de comer nos pusimos en materia. Rocío, que ya había nadado en Iruelas un 5.500, Macarena que en Iruelas había hecho el 800  y Jesús que lleva muy poco nadando. Se pusieron el neopreno, soportando en la salida el calorazo estival. Sonó el pitido de salida y se pusieron a ello. Lo hicieron francamente bien, yo en la llegada les esperaba. Primero llegó Rocío, que hizo un tiempo estupendo, y Jesús y Macarena acabaron  ¡¡¡Sí señor¡¡¡ con un par de narices,
Finalmente, ya cambiados y duchados vemos en las clasificaciones que Macarena y Rocío habían obtenido premio en su categoría.
En definitiva, que fue un viaje superprovechoso para todos aunque lo tremendo es que al día siguiente Jesús y Rocío hacían un triatlón olímpico en Medina de Río Seco, pero esa es otra historia para otro post....

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